Editorial: Nubarrones adicionales en el horizonte

Enero 16 de 2025

Augusto Galán Sarmiento MD. MPA 
Director Centro de Pensamiento Así Vamos en Salud 
 

La definición de la UPC para la financiación del sistema de salud continúa siendo, con razón, la preocupación central de todos sus agentes. En especial de los usuarios y pacientes; y lo seguirá siendo, mientras no haya decisiones claras que apunten a corregir el déficit con el cual fue calculada y definida.

En tanto que el ministro de Salud manifiesta que la considera suficiente, el ministro de Hacienda expresa públicamente -al ser cuestionado sobre la metodología que se utilizó y el desfase que existe con respecto a los cálculos de académicos, centros de pensamiento y agentes gremiales, que proyectaron un ajuste en la UPC de alrededor del 16 por ciento para el 2025- que de ser necesarios la corrección y el ajuste correspondiente, la situación fiscal de país conduciría a quitarle a otro sector para poderle transferir al sistema de salud esos recursos que requeriría. ¿Entonces la definición de la UPC fue por lo que dice el ministro de Salud? ¿O fue una decisión política porque no hay suficiente plata destinada para la salud?

Además, valdría la pena realizar una revisión al presupuesto general de la nación y aclarar la destinación de algunos de sus rubros, la pertinencia de estos en el momento frente a la demanda insatisfecha de servicios para usuarios y pacientes, y las evaluaciones sobre las inversiones en infraestructura que se hicieron con uno de esos rubros el año pasado, las cuales generaron grandes cuestionamientos periodísticos por fallas en la ejecución que no han sido investigadas por los órganos de control.

Ahora bien, mientras esas son las discusiones que realizan en nuestro sector y se espera el establecimiento de una mesa técnica para buscar las soluciones, en el mundo suceden cosas que pueden afectarlo en un futuro incierto. El lunes 20 se posesiona en los Estados Unidos, para un segundo período, el presidente Trump y con él vendrán una serie de determinaciones que pueden afectar nuestro país y por esa vía incrementar la criticidad de las dificultades financieras por las cuales atraviesa nuestro sistema de salud.

Por eso consultamos con doctores en economía y analistas económicos y estas fueron las consideraciones que nos reafirmaron.

Si Donald Trump implementa las políticas económicas similares a las que planteó durante la campaña y durante su período anterior presidencial podrían surgir diversos efectos sobre nuestra economía.

Las posibles políticas proteccionistas de Estados Unidos podrían impactar negativamente a Colombia, por ser nuestro principal socio comercial. Si después de México y Canadá Trump prosigue en la búsqueda de renegociar tratados de libre comercio e incluye el nuestro, las restricciones que pudieran surgir traerían dificultades a las importaciones y también a las exportaciones. Esas políticas podrían desincentivar la inversión estadounidense en el país.

Desde el punto de vista de la política monetaria y las fluctuaciones del dólar, si Trump fomenta ciertos estímulos fiscales y el dólar se fortalece, la depreciación del peso encarecería las importaciones en Colombia y podría generar presiones inflacionarias.

Si estas cosas ocurren, los medicamentos y los dispositivos médicos, tales como equipos de diagnóstico por imágenes, marcapasos y prótesis, se encarecerían en nuestro país, lo que además agravaría el decrecimiento de la UPC del 2025 definido por el gobierno, frente al incremento que se hizo en el salario mínimo el cual genera desde ya presiones inflacionarias en el sector salud con respecto a la capacidad de ingresos que han sido aprobados.

Claro, existe la posibilidad de buscar en otros mercados, como en la India, China o Europa; pero esto podría generar costos adicionales en términos de regulación, homologación y transporte.

Le previsión no es sinónimo de alarmismo, pero debemos tener en cuenta que los costos de los medicamentos y los dispositivos médicos aumentarían si las políticas de Trump fortalecen el dólar, limitan el comercio o encarecen la cadena de suministros.

La sombra de la devaluación del peso en el 2022, junto al mal cálculo de la UPC que se dio ese año, el cual no fue corregido en los años subsiguientes, están muy cerca e hicieron mucho daño en la operación del sistema. Fueron el detonante del desfinanciamiento estructural, que no ha sido atendido y afectó en materia grave la oportunidad en el acceso a los servicios para usuarios y pacientes. La población más vulnerable sería la más afectada y tristemente es la que ya enfrenta restricciones por las políticas internas que se han tomado en el sector salud.