Editorial: los suecos

Mayo 4 de 2023

Director Centro de Pensamiento Así Vamos en Salud

Es posible que, con la llegada del recién posesionado ministro de salud, el sistema nacional de Suecia pueda ser un referente en la discusión sobre la reforma a nuestro sistema de seguridad social en salud. De hecho, en algunas entrevistas ya lo mencionó.

La monarquía parlamentaria de Suecia inició su sistema hospitalario público en 1752, cuando tenía 2.4 millones de habitantes (el doble de Colombia entonces) en una extensión de 450 mil kilómetros cuadrados de un territorio esencialmente plano, cuyo mayor pico se alza a 2.100 metros sobre el nivel del mar. Hoy cuenta con 10 millones de habitantes y una densidad poblacional de 22 personas por Km2. Los colombianos que habitamos el país somos cinco veces más (densidad de 45 por Km2) en un territorio casi tres veces más grande y muy montañoso, como bien sabemos.

Para 1765 se permitió a las autoridades locales suecas utilizar recursos en el desarrollo de hospitales públicos. Un siglo más tarde ya tenía 50 hospitales y 3 mil camas.  En 1862 se crearon los concejos de los condados y los hospitales se convirtieron en una de sus principales responsabilidades.

Esto marcó el inicio del sistema nacional de salud que tienen hoy los suecos. Las responsabilidades nacionales de salud fueron transferidas de manera gradual a eso concejos, aunque no fue sino hasta 1928 cuando estos últimos asumieron legalmente la responsabilidad de atender los pacientes de manera intrahospitalaria. Sin embargo, la prestación de la salud mental y los pacientes crónicos fueron excluidos de esos servicios. La mayoría de los ciudadanos eran atendidos por médicos fuera de los hospitales, al punto que, para esa época, menos de uno por cada tres médicos tenía un cargo.

Luego de la Segunda Guerra Mundial esto cambió, como en muchos países europeos. El Estado de bienestar se empezó a materializar en el sector salud de Suecia con la consolidación de un sistema nacional público basado en los concejos comunales y en la red hospitalaria que se expandió y empezó a consumir el 90 por ciento del gasto total en salud. El 80 por ciento de los médicos se convirtió en empleados públicos, aunque los servicios ambulatorios en su totalidad todavía eran atendidos por los médicos sobre la base de pago privado por prestación de servicios.

En 1970, dentro de la denominada “seven-crown reform”, el parlamento les entregó a los concejos comunales la responsabilidad de dichos servicios ambulatorios. Para los médicos esto significó pasar a ser empleados públicos de tiempo completo. Frente a los pacientes representó el establecimiento de copagos para esas atenciones externas, con lo cual buscaban hacer más equitativo el acceso a los servicios. Hacia el final de esa década se estatizaron las farmacias y se creó la Corporación Nacional de Farmacias Suecas. La reforma de 1998 trajo la responsabilidad a los concejos comunales de contener costos en salud, así como la de hacer más claras las competencias nacionales y territoriales. Los concejos comunales vienen desde entonces entregando más encargos a las municipalidades.

Las crisis económicas han traído restricción del gasto público y disminución de servicios a los ciudadanos. En el año 2000 se estableció un mayor énfasis en el desarrollo de la atención primaria en salud con el propósito de disminuir gasto. Se han fusionado condados lo que ha permitido mejorar eficiencias en los servicios de salud. Además, en las últimas décadas han desestatizado áreas, como por ejemplo la venta a privados del 50 por ciento de los servicios estatales de farmacias. Importante para tener en cuenta, el gasto total en salud sueco es hoy de un poco más de 6 mil dólares por persona al año, del cual el 17 por ciento es privado.

Al sistema de salud sueco se le reconocen hoy sus resultados a partir de la cobertura universal, la alta calidad que entrega, el énfasis en la atención preventiva, la libertad de elección de los usuarios y la tecnología avanzada que utiliza. Se le critican las prolongadas listas de espera, el restringido acceso a los especialistas, los altos impuestos para financiarlo, la inequitativa distribución de recursos y la variación de calidad entre las regiones, así como el limitado acceso a servicios privados.

En este corto resumen del sistema nacional de salud sueco encontramos siglos de desarrollo durante los cuales siempre se le ha dado un papel significativo al Estado y a lo público, aunque parece que recientemente se busca una mayor participación privada. Su descentralización comenzó con el impulso a las capacidades regionales y locales, así como con la delegación paulatina de competencias y responsabilidades desde el orden nacional. Las reformas han establecido cambios progresivos sin saltos abruptos. A pesar de sus logros no es perfecto y sus retos actuales son semejantes a los que confrontan otros sistemas públicos nacionales de salud o de seguridad social.