Editorial: El piloto
Augusto Galán Sarmiento MD. MPA
Director Centro de Pensamiento Así Vamos en Salud
El Fondo de Salud del Magisterio (FOMAG) no funcionaba bien para sus 818.960 afiliados. Este régimen de salud estatizado y exceptuado del Sistema General de Seguridad Social en Salud (SGSSS), era atendido mediante 10 operadores distribuidos en sendas regiones del país. La Fiduprevisora manejaba los recursos de las cotizaciones de los maestros afiliados y escogía a esos operadores, los cuales tenían poblaciones asignadas en sus respectivas regiones y contrataban los servicios con clínicas y hospitales.
Los operadores recibían una especie de UPC por cada afiliado, que no tenía un cálculo actuarial sobre la población del FOMAG. Esa seudo-UPC se definía mediante una fórmula que consistía en tomar la UPC del régimen contributivo del SGGGS, para adicionarle un 62 por ciento derivado de un cálculo no muy claro, más sumas de menor porcentaje que dependían del grupo etario y de la zona geográfica. Mucho más dinero por afiliado al año que en el SGSSS.
De la población del FOMAG, el 21 por ciento es menor de 20 años, el 48,9 por ciento mayor de 50 y 13,9 por ciento supera los 69 años. El 40 por ciento se concentra en 14 distritos especiales o capitales de departamento. En 292 municipios habitan menos de 50 afiliados; varios de ellos no tienen oferta de prestadores de servicios de salud. El tamaño poblacional del FOMAG ocupa el puesto 14 al compararse con las EPS del SGSSS; es de las pequeñas. Mucho más pequeña si se compara con las seis EPS que el gobierno nacional tiene intervenidas bajo su responsabilidad, con una población 28 veces más grande que la del FOMAG.
Este Fondo no se ha estructurado en un debido aseguramiento de la salud de su población, con una pertinente gestión integral de sus riesgos. Los 10 operadores funcionaban como administradores de un recurso. Las quejas de los afiliados son más altas que en cualquier EPS y el doble del promedio de estas (380 vs 188 por 10 mil[1]). Las tasas de razón de mortalidad materna, mortalidad en niños menores de 5 años por enfermedad diarreica aguda, y mortalidad por feto y recién nacido afectados por complicaciones obstétricas y traumatismos del nacimiento[2], se encuentran sistemáticamente mayores a la tasa media nacional. Su sistema de información ha sido muy limitado; por ejemplo, la primera causa de mortalidad reportada por el Fondo Nacional de Prestaciones Sociales del Magisterio para el año 2023 fue: síntomas, signos y afecciones mal definidas, con una tasa de 88 por 100 mil.
Sin duda, a ese modelo de salud estatizado del FOMAG había que ponerle la mano. Pero el reemplazo propuesto por el gobierno nacional no se vislumbra como la solución. Ya lo dijimos, la “reforma” que se está implementando mantiene un pagador único estatal, sin gestión integral de los riesgos en salud y sin estímulos a la calidad ni al gasto eficiente.
No hay un cambio real con respecto al modelo anterior que imperaba en el FOMAG. Por el contrario, la contratación directa de la Fiduprevisora con clínicas, hospitales, médicos y proveedores -que es la mayor modificación- no es eficiente y representa un retroceso en los modelos de gestión de la seguridad social hasta antes de 1970[3], cuando las entidades encargadas se limitaban a pagar las facturas, lo que condujo a un incremento en el gasto en salud, sin impacto positivo en la calidad de los servicios, ni en la disminución de la inequidad y con mayores barreras de acceso a los servicios de salud para los ciudadanos.
En las primeras semanas de implementación del modelo, a los pacientes crónicos -de VIH, cáncer y otros-, sencillamente les han negado los medicamentos y servicios que venían recibiendo; sin razón ni futura enmienda clara.
Las quejas de los maestros se han hecho públicas y con plantones. Ellos deberán estar muy vigilantes sobre la ejecución de ese modelo de salud, como también debemos estarlo todos los colombianos; al fin de cuentas el ministro de salud lo dijo públicamente refiriéndose al FOMAG “porque queremos que sea el ejemplo de salud que quiere el señor presidente de la República, no solo para los maestros sino para toda Colombia”
Su ejecución empezó muy mal, ojalá corrijan. Lo dudamos y estaremos pendientes.
[1] Fuente: Superintendencia Nacional de Salud Enero-agosto 2023
[2] Fuente: Cubo de indicadores de Caracterización Poblacional, consultado en la bodega de datos del SISPRO el 16 de enero de 2024 (Datos 2022 preliminares sujetos a cambios)
[3] Schut FT, Henschke C, Or Z. Changing roles of health insurers in France, Germany, and the Netherlands: any lessons to learn from Bismarckian systems? Health Economics, Policy and Law. 2023;18(4):362-376.