Editorial: Depresión, agotamiento laboral y suicidio

Agosto 2 de 2024

Augusto Galán Sarmiento MD. MPA 

Director Centro de Pensamiento Así Vamos en Salud 

La muerte de la residente de cirugía de la Universidad Javeriana hace unos días en Bogotá causa tristeza y reactiva las alarmas. Los hechos que envuelven el caso merecen una investigación clara y estricta, pero a la vez serena, sin apresurarse a los juicios y a los señalamientos.

El suicidio entre los trabajadores de la salud no es reciente. Si revisamos la literatura científica encontramos que desde hace cerca de 150 años los profesionales de la medicina han mostrado una creciente propensión al suicidio, comparados con la población general[1]. En EE.UU donde todo lo vuelven estadísticas, se estima que cada año el suicidio de médicos equivale a la pérdida de una clase mediana o grande de una escuela de medicina (150-300 casos). Aunque son aproximaciones al problema, se considera que la profesión médica es una de las primeras ocupaciones con mayor riesgo de suicidio. En el caso de estudiantes de medicina y estudiantes de residencias médicas, después de los accidentes de tránsito, es la siguiente causa de mortalidad.

Esa misma literatura científica indica que la depresión no diagnosticada se encuentra en el origen. Es tan común en la población médica como en la población general y afecta al 12 por ciento de los hombres y al 19,5 por ciento de las mujeres en los EE.UU. Es aún más común entre los estudiantes de medicina y residentes de especialidades médicas que han reportado entre el 15 y el 30 por ciento de afectación por esa condición. Investigaciones realizadas en Finlandia, Noruega, Australia, Singapur, China, Sri Lanka, Reino Unido, Nigeria y otros países muestran una prevalencia creciente de ansiedad, depresión e ideaciones suicidas entre estudiantes de medicina y otros practicantes médicos[2],[3],[4]. La situación no es exclusiva de un país y mucho menos de un sistema de salud.

Reportes de medios de comunicación internacionales se preguntan si existe una emergencia silenciosa entre los médicos del Reino Unido -por excesos de carga laboral, acoso y estructuras de apoyo limitadas- que pueden esconder una tasa superior en más del doble a la tasa de suicidios en la población general.

Los estudiantes de medicina y los residentes de especialidades médicas no buscan ayuda ante la depresión, la ansiedad o las ideaciones suicidas. Por obvias razones, le temen a la estigmatización; y mucho más cuando se enteran de casos en los cuales los estudiantes afectados han levantado la mano en busca de apoyo y han tenido repercusiones negativas en sus aspiraciones profesionales.

El burnout o agotamiento laboral extremo se ha incrementado en el ejercicio profesional de la salud lo que también ha afectado a los profesionales en entrenamiento, no sólo en ejercicio. Aunque no está relacionado con la depresión, en los casos más severos si puede vincularse a ella y más entre quienes se encuentran predispuestos.

El entrenamiento de los trabajadores de la salud nunca ha dejado de ser estresante porque necesita disciplina y rigor. Largas horas laborales, duplicación de jornadas, toma de decisiones en situaciones críticas con bajo entrenamiento, dificultades para lidiar con los moribundos y la muerte, cambios súbitos de lugares de trabajo. Todo ello contribuye a la ansiedad y a la depresión; más en personas predispuestas. Además, los reportes de acoso y menosprecio por parte de profesores, entrenadores de alto nivel, profesionales de enfermería de alto rango administrativo o clínico e inclusive por ataques de pacientes o sus familiares, son fuentes adicionales de estrés y depresión para los estudiantes[5].

En Colombia no tenemos cifras precisas sobre tasas de suicidio entre los profesionales de la salud; menos en estudiantes de sus disciplinas. Sin embargo, de acuerdo con los datos del Observatorio de Violencia del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses se evidencia un incremento significativo en la población general durante los últimos 10 años: de una tasa de 4 por cien mil habitantes en 2013 pasó a 6 por cien mil en 2023[6]; por edad el mayor número de suicidios se registra entre los 20 a 24 años para ambos sexos. Por nivel de escolaridad el mayor número de fallecidos se encuentra con educación media o secundaria alta[7].

Los intentos por controlar o disminuir el suicidio no han servido o han sido insuficientes. Su origen es multifactorial y cada caso es distinto. No se puede generalizar y mucho menos buscar aprovechamientos políticos como hemos vistos por parte de algunos en las últimas semanas. Trabajar la salud mental de la población es un tema que no da más espera y la de quienes protegen nuestra salud, mucho menos.

 


[1] Kalmoe MC, Chapman MB, Gold JA, Giendinghagen AM. Physician Suicide: A Call to Action. Mo Med. 2019 May-Jun (3):211-216

[2] National Mental Health Survey of doctors and medical students. Beyondblue org. 2022

[3] Sabowake K, Zhou N, Fan J, Liu N, Sherer R. Depression and suicidal ideation in medical students in China: a call for wellness curricula Int J Med Educ 2014

[4] Hope V, Henderson M. Medical student depresión, anxiety and distress outside North America: a systematic review. Med Educ. 2014

[5] Physiscian Mistreatment and Discrimination can have a ripple effect. Medica.net.News

[6] Forensis

[7] Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses. (2021). https://www.medicinalegal.gov.co/cifras-estadisticas/forensis