Editorial: Crisis venezolana y salud
Augusto Galán Sarmiento MD. MPA
Director Centro de Pensamiento Así Vamos en Salud
Informes de la Fundación Ideas para la Paz (FIP), apoyada por organizaciones y entidades internacionales, y de Migración Colombia, indican que más de 2,8 millones de venezolanos han migrado a Colombia en los últimos 6 años. Seis departamentos colombianos son fronterizos con Venezuela: La Guajira, César, Norte de Santander, Arauca, Vichada y Guainía. El 23,6 por ciento de esos venezolanos, que han abandonado su país por la situación económica, social y política, se han asentado en esos territorios colombianos.
El 75 por ciento de todos los migrantes son menores de 40 años; 52 por ciento mujeres. El 18 por ciento se halla en condición irregular en nuestro país y hay un 14,8 por ciento en proceso de regularización. El 78 por ciento en edad de trabajar y el 19,4 por ciento tiene estudios de post media. El 95 por ciento se encuentra efectivamente ocupado.
A pesar de los datos positivos que presenta el estudio de la FIP, en el sentido de señalar que el aporte de la diáspora venezolana hacia Colombia tiene un balance fiscal positivo (1,9 por ciento del total de ingresos provenientes del recaudo en personas naturales), la realidad es que proporcionalmente es bajo ante el volumen poblacional que ha llegado. Además, permanecen retos grandes en la regularización migratoria, las barreras para ejercer profesiones persisten, el acceso a la protección social está limitado, el fomento a los emprendimientos escaso y subsisten rezagos de discriminación en algunas regiones.
De otra parte, la población que habita esos departamentos fronterizos corresponde a 4,5 millones de colombianos. En relación con esta población, la migración venezolana adiciona un 14,6 por ciento de habitantes. En cuanto a la distribución de esta población migrante en cada departamento y su relación con la respectiva población colombiana, adiciona 24 por ciento en Arauca; 20 por ciento en Norte de Santander; 16 por ciento en La Guajira; 11 por ciento en Guania, 10 por ciento en Vichada y 5 por ciento en Cesar. Las capitales de esos departamentos fronterizos captan prácticamente la totalidad de esas poblaciones desplazadas. Si comparamos, la migración de los ciudadanos del vecino país a Bogotá adiciona 8,5 por ciento a su población y en Antioquia 5,7.
Mención especial merece Cúcuta. De acuerdo con las proyecciones poblacionales del DANE, para este año 2024 su área metropolitana tiene una población de 1 millón de habitantes. Alrededor del 90 por ciento de la población migrante que se ha asentado en el departamento del Norte de Santander lo ha hecho allí. Entonces, a esa área se habría adicionado alrededor de un 30 por ciento de habitantes a la población proyectada por el DANE. Esto sin contar los migrantes que pernoctan en las ciudades aledañas en Táchira y atraviesan diariamente la frontera en busca de ingresos y/o servicios en la capital nortesantandereana. Un impacto y un reto social y económico inmensos.
El Hospital Erasmo Meoz de Cúcuta, es la entidad pública que posee mayor capacidad resolutiva de alta complejidad en la zona fronteriza con Venezuela. Ha padecido condiciones financieras complejas que ha compensado con algunas administraciones eficientes, alternadas con otras que han sido desastrosas. Con corte a 31 de diciembre de 2023 el hospital tenía una cartera corriente por cobrar de 150 mil millones de pesos, de los cuales 80 mil millones correspondían a atenciones para la población venezolana no regularizada. Conocedores de la situación señalan que esta población ha recibido entre otros, servicios de alta complejidad como cirugías de corazón y atenciones para el cáncer. También muchos partos de mujeres venezolanas que vienen exclusivamente a ello.
El presidente del sindicado del hospital denunció la semana pasada un gran desgreño administrativo y advirtió sobre una cesación de pagos y el cierre de servicios si no se cancelaban al menos 80 mil millones que adeuda el departamento por servicios a la población migrante. De lo contrario tendrían que cancelar los contratos por prestaciones de servicios que vinculan a cerca del 70 por ciento de los trabajadores del hospital.
Para algunos, estas cifras y datos ya eran conocidos. Muchos más, apenas los descubren. Para todos, traerlos en este momento es un golpe de realidad que nos debe sacar del aletargamiento al que la cotidianidad nos conduce y nos hace olvidar la realidad social que enfrentan día a día esas poblaciones. Aún más ante la posibilidad real de nuevos desplazamientos masivos por cuenta de los antidemocráticos e inhumanos hechos que han sucedido en el país vecino durante las últimas 3 semanas.
Los presidentes de Brasil, Colombia y México no pueden actuar de manera solapada ante la realidad en Venezuela y con la intención de no quedar implicados en decisiones que no les resulten agradables. Para Colombia en particular, los sectores que se pueden ver afectados de manera más inmediata, ante una nueva avalancha migratoria, son los de seguridad ciudadana y atención en salud; ambos ya están en crisis.