Editorial: Algo de historia

Marzo 5 de 2024

Augusto Galán Sarmiento MD. MPA 

Director Centro de Pensamiento Así Vamos en Salud 

El Dr. Félix Martínez, director de la ADRES, dijo el pasado 23 de febrero en la Universidad de Antioquia en Medellín, que quien escribe este editorial había lesionado los derechos de los usuarios y pacientes con una supuesta reducción del Plan Obligatorio de Salud (POS). Qué bueno que el Dr. Martínez abre la puerta a la historia.

Cuando asumí como ministro en julio de 1995, el Dr. Martínez ocupaba el cargo de director general de Seguridad Social en Salud del ministerio. Me presentó su renuncia irrevocable. “Ministro, usted y yo pensamos distinto; yo mejor me voy”. Con los días entendí bien el alcance de su frase.

Desde esa dirección el Dr. Martínez prevaleció la decisión de no implementar el Régimen Subsidiado (RS) de conformidad con la Ley 100 de 1993. Definieron alterar las unidades de pago por capitación (UPC) que habían sido establecidas antes de que terminara el gobierno del presidente Gaviria en $ 150 mil pesos para el Régimen Contributivo (RC) y en el 50 por ciento de ese valor para el RS. El RC, financiado con los recursos de las cotizaciones, cubriría el POS completo aprobado por el Consejo Nacional de Seguridad Social en Salud (CNSSS), y el RS, costeado con recursos gubernamentales y de solidaridad, cobijaría servicios esenciales de todos los niveles de complejidad; los demás servicios se atenderían con subsidio a la oferta. Los POS´s se igualarían progresivamente porque las fuentes de financiación para el RS apenas empezaban a nutrirse[1].

El Dr. Martínez y su equipo realizaron una operación aritmética simple; sumaron el monto total de recursos financieros disponibles para oferta de servicios y los dividieron por el número de personas a asegurar. Ajustaron las frecuencias de uso hacia abajo por la limitada capacidad de la red pública.  Llegaron a un per cápita de $ 100 mil pesos[2]. Su propuesta no mejoraba la atención al usuario, pero si la financiación de la red pública. Su voluntarismo demostró desconocimiento de la consolidación técnica de los principios de solidaridad y eficiencia que ordena la Constitución.

Crearon las que denominaron EPS transitorias en las secretarías de salud departamentales[3] y dirigieron a estas las asignaciones per cápita que habían definido sin tener en cuenta aspectos actuariales, geográficos y demográficos. Mantenían el modelo del antiguo Sistema Nacional de Salud (SNS) que desaparecía porque era ineficiente, insolidario y sin cobertura universal. Los recursos girados a esas EPS transitorias se gastaron en burocracia y no en la atención de servicios de salud.

Nos correspondió revertir ese entuerto financiero y además poner en marcha el RS establecido en la Reforma de 1993. El decreto que permitió la operación de este régimen lo expedimos en diciembre de 1995. Los POS´s se dejaron tal cual habían sido aprobados en 1994.

La aseveración que hizo el Dr. Martínez en la audiencia pública de Medellín no es correcta y hoy podemos destacar la cobertura universal, que incluye a 25 millones de personas en el RS con protección financiera ante los riesgos de enfermar, quienes pueden ser atendidos en igualdad de condiciones a las personas del RC. Eso sí, debemos mejorar más la oportunidad en el acceso y la calidad en la prestación de los servicios. ¡Por supuesto que sí!

La reforma propuesta por el gobierno nacional nos devuelve a esa estructura estatizada y antitécnica que diseñaron el Dr. Martínez y su equipo. El Dr. Martínez y yo seguimos siendo coherentes con nuestras respectivas visiones: pensamos diferente. Visiones distintas en la forma como se deben desarrollar los principios definidos en los artículos 48 y 49 de la Constitución.

Me encuentro, con las asociaciones de usuarios y pacientes, otros agentes y organizaciones del sector, en la mayoría que creemos en el aseguramiento público-privado como el instrumento idóneo para satisfacer el goce efectivo del derecho a la salud, basado en la evidencia técnica y científica y con buena gestión integral de los riesgos en salud. Estamos entre quienes pensamos que esta no puede ser una discusión maniquea para dividirnos entre buenos y malos. Nos alineamos con quienes consideramos que no se debe arrasar con lo que hemos logrado en estas tres décadas. Tampoco creemos que el statu quo es la solución. A partir de las diferencias que existan lo que debemos buscar son los consensos para los cambios que nos convengan como sociedad, pensando siempre en el bienestar de los usuarios y pacientes.

 


[1] Ver acuerdos 7, 11 de 1994 del Consejo Nacional de Seguridad Social en Salud

[2] Ver acuerdo 15 del Consejo Nacional de Seguridad Social en Salud

[3] Ver actas 14 y 17 del Consejo Nacional de Seguridad Social en Salud

*Foto tomada de El Diario de Salud