Transformación digital
Director Centro de Pensamiento Así Vamos en Salud
La revolución digital no es un hecho del pasado reciente en la historia del planeta y se remonta a mediados del siglo XX. Empezó con el transistor, luego vinieron el computador personal, la Internet, la Whole Earth y la Web. Sus avances más significativos se han presentado a nivel mundial desde hace treinta años y con mayor aceleración en los últimos diez.
Sin embargo, no podemos decir que esta revolución haya finalizado; al contrario, para muchos expertos apenas empieza y en el fondo de la transformación digital, encontramos tecnologías como el Internet de las Cosas (IoT), el Big Data, el Blockchain, la automatización, la movilidad, la Inteligencia Artificial (IA), la Ciberseguridad y los proyectos colaborativos, que tendrán aplicaciones y cambios profundos en la forma como vivimos y convivimos, los que son incipientes ahora ante las posibilidades que se vislumbran y por tanto no sabemos aún cuáles otros desarrollos podamos presenciar en los próximos lustros o décadas.
Nuestro sistema de salud no ha sido ajeno a incorporar aspectos de esos desarrollos tecnológicos digitales en su operación, aunque sus avances han sido tímidos y fragmentados ante las posibilidades que muestran los avances digitales; posibilidades que se han hecho más evidentes en el último tiempo y se exacerbaron con la pandemia.
Muchos de los retos que mantiene la operación del sistema de salud para prestar un servicio con mayor calidad y eficiencia podrían solucionarse o mitigarse con la interoperabilidad de la transformación digital: el acceso oportuno y la continuidad en la atención de las personas al ingresar al sistema; el avance hacia un sistema de información efectivo, integral y en tiempo real que permita la toma de decisiones más pertinente, basada en mejor evidencia; la ciencia de datos y la gestión de los riesgos en salud de la población afiliada; el establecimiento de redes, de modelos de asociación y de servicios inclusivos; el flujo más efectivo de los recursos financieros; la innovación en las biociencias. Estos son algunos de los avances más relevantes que debería traernos una revolución digital en el sector salud.
El ministerio de salud estableció recientemente la meta de la historia clínica única electrónica, un anhelo antiguo en el sector y el cual, de acuerdo con expertos, se vislumbra más como una meta a la cual se llegará paso a paso y no el punto de partida de la transformación digital para el sector.
Ya hay experiencias que funcionan en el país, pero se encuentran circunscritas a las redes de algunas EPS. En la ruta para la integración de todos los operadores del sistema (aseguradoras, clínicas, hospitales, etc) se vislumbra la necesidad de definir el lenguaje mínimo de la interoperabilidad, así como consolidar la seguridad de la información que se gestione.
El objetivo central de los cambios requiere orientarse más al logro del ciudadano digital. Las nuevas tecnologías digitales deben contribuir a que las personas naveguemos en el sistema de salud sin trabas, de forma transparente y expedita de tal forma que recibamos las atenciones de promoción de la salud, prevención de la enfermedad, diagnóstico precoz, tratamiento oportuno y rehabilitación efectiva en el momento que lo necesitemos, con calidad y eficiencia y sin barreras administrativas ni de ninguna otra índole.
La transformación digital en el sector salud no se debe orientar a solucionarle los problemas particulares que tengan las entidades operadoras del sistema de salud, sino a convertirla en la herramienta eficaz que desde la cobertura universal que hoy tenemos, nos lleve a la prestación de servicios equitativa, eficiente y sostenible que contribuya a mantener la población sana para su mayor bienestar y productividad. La transformación digital no es un fin para el sistema de salud, sino un medio para que éste logre su propósito superior de cumplir con el derecho a la salud para los ciudadanos. El asunto va más allá de aplicar la telemedicina y la telesalud.
A nuestro modo debemos acometer tres propósitos centrales para avanzar en una transformación digital en el sector salud: requerimos la gobernanza que regule y defina el norte a la interoperabilidad entre los diferentes agentes del sistema, con el ciudadano como objetivo central de las acciones que se determinen. Adicional a ello necesitamos una mayor formación y capacitación de los ciudadanos y de los trabajadores de la salud para que las herramientas digitales se utilicen de manera adecuada y pertinente. En medio de esos dos aspectos, es preciso establecer la infraestructura tecnológica a lo largo y ancho del país, al igual que en las entidades públicas y privadas operadoras, supervisoras y rectoras del sector salud.